Hoy en día todo va muy rápido pero no todos van tan rápido. Ahora que estoy en un momento en que me encanta observar a la gente me doy cuenta de las distintas velocidades de muchas personas. Vivimos en un época en que la tecnología nos supera a menudo, los avances van a velocidades supersónicas y son complicados de asimilar. Lo que ayer era actual hoy esta desfasado y lo que debería ser futuro ya es presente.
Ante esta dinámica, veo a muchas personas y también a diferentes culturas que afrontan el “futuro” de forma distinta. Viajando por el mundo me he dado cuenta que en muchos países el concepto de futuro es relativo. En algunos la mayoría de la gente se plantea el futuro como su presente a corto plazo, lo que diríamos el día a día sin pensar demasiado en el mañana, podríamos hablar de que su principal preocupación es su mantenimiento vital diario, sin otras cavilaciones o planes de futuro.
En cambio en otras culturas, como la nuestra (soy europeo), se plantean más inquietudes sobre el futuro. Partimos de una educación basada en la importancia del trabajo, el ahorro, la planificación familiar, … y esto hace que el planteamiento a futuro este muy presente y que muchas veces sea incluso un objetivo, de forma que se trabaja y vive pensando en el mañana sin disfrutar demasiado el presente.
Ahora bien, como el mundo esta al revés, y todo es viral hoy pero deja de serlo mañana, nos encontramos que en todas partes hay mezclas de pensamiento y que en un mismo lugar te encuentras con personas que piensan de una forma y personas que piensan de otra completamente diferente acerca del futuro. Esto hace aumentar todavía más los contrastes y facilita a los observadores sacar conclusiones aunque también crea más confusión.
Hablaba antes de que mi educación occidental me lleva a pensar que el futuro es importante, no defiendo que esto sea bueno pero es nuestra base cultural, así que partiendo de esta premisa tengo muy claro que el futuro no se improvisa sino que se prepara.
Para mi preparar el futuro no significa sólo tener una base solida de educación y valores, mucha gente cree que con esta base es suficiente para el resto de su vida, y luego se van encontrando con sorpresas inesperadas que les hacen derrumbar en muchos casos sus valores y planteamiento.
¿Qué es necesario hacer? Yo aplico mi medicina, estoy viviendo esféricamente desde hace tiempo, por eso para preparar mi futuro necesito reinventarme cada día. Reinventarse es tener la voluntad y la mente suficientemente abiertas para incorporar a tu vida nuevos conceptos, valores, ideas, reconocer en muchos casos errores propios, escuchar activamente a todos, aprender también de todos, nunca dar nada por sabido y o sentado porque todo es modificable, en fin es aceptar la volatilidad general en la que estamos metidos, incorporarla y disfrutar con ella.
Así que hagamos un reseteo mental. Si queremos afrontar nuestro futuro debemos prepararlo día a día para llegar a él bien posicionados. Aprovechemos todas las ventajas que hoy tenemos a nuestro alcance y reinventémonos diariamente. Solo así seremos dueños de nuestro futuro.